domingo, noviembre 5

Entonces apareció el cocker

-Buenos días -dijo el cocker.
-Buenos días -respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada.
-Estoy acá -dijo la voz- bajo el manzano...
-¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy lindo...
-Soy un cocker -dijo el cocker.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. ¡Estoy tan triste!...
-No puedo jugar contigo -dijo el cocker-. No estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -dijo el principito. Pero, después de reflexionar, agregó:
-¿Qué significa «domesticar»?
...

-Es una cosa demasiado olvidada -dijo el cocker-. Significa «crear lazos».
-¿Crear lazos?
-Sí -dijo el cocker-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un cocker semejante a cien mil cockers. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
...

-¡Por favor... domestícame! -dijo.
-Bien lo quisiera -respondió el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el cocker-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
-Hay que ser muy paciente -respondió el cocker-.
Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente volvió el principito. -Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el cocker-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón...
...

Así el principito domesticó al cocker. Y cuando se acercó la hora de la partida:
-¡Ah!... -dijo el cocker-. Voy a llorar.
-Tuya es la culpa -dijo el principito-. No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara...
-Sí-dijo el cocker.
-¡Pero vas a llorar! -dijo el principito.
-Sí-dijo el cocker.
-Entonces, no ganas nada.
-Gano -dijo el cocker-, por el color de trigo. Luego, agregó:
-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-.
Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi cocker. No era más que un cocker semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Y las rosas se sintieron bien molestas.
...

Y volvió hacia el cocker:
-Adiós -dijo.
-Adiós -dijo el cocker-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse.
-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
-El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito, a fin de acordarse.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el cocker-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

-Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse.


14 comentarios:

mathcons dijo...

buena adaptación

un abrazo,
fernando velázquez

F dijo...

Permíte que llore este viejo poeta... Ese pasaje en particular me trae memoria de alguien a quien quiero mucho y que sé me quiso -por eso me domesticó-... Sé que dondequiera alguien afecta algo más, dándole significado. Saludos y gracias por traer este pasaje a la memoria de mis naufragios...

Raúl Leonel dijo...

Jajajajaa!
Te quedó perfecto!

PuG dijo...

bien adapado, buena interpretacion del dialogo, pero sobre todo magistral actuaciòn del cocker, felicidades!

gabriel dijo...

compro ese figurín del principito. A tratar.

Angeek dijo...

Sí, somos responsables de nuestra rosa. ¡Qué bien!
Me gustaron las fotos.

Vil Clinton dijo...

Lo triste es que el cocker no cabe en el asteroide :(

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Hay que enseñar a los niños a ser verdaderamente responsables con sus mascotas.

Beto dijo...

Enorme post, soy fan.

Real de lo virtual dijo...

Mucha ternura, qué bonito!
Me dibujas un borrego?

Livi Jazmín dijo...

¿Por qué el cocker tiene una peluca? Qué simpático que está el post.

David Moreno dijo...

That Was Really cool...

Saludos desde el Sureste Mexicano...

Amiguiz dijo...

Mathcons, Pola, Olekariak, Raúl, Pug, Angeek, Beto y David: Muchas gracias por sus comentarios; regresen pronto :D

Gabriel: El Principito no se vende. Imagínate, nunca terminaría de analizar mi psicólogo el trauma tan grande de vender mi niñez. Chale.

Vil: Por eso decidió vivir conmigo en la tierra, adonde no hay baobabs pero sí, rosas.

Erat: Completamente de acuerdo contigo.

Real: No, no creo... En otra ocasión...

Trompetista: Me dejaste sin palabras (y a Bellota, la cocker actriz, también). No lleva peluca, sólo es un cocker singular.
Puedes ver fotos de ella en:

http://www.flickr.com/photos/el_ciego/159587499/

y en:

http://www.flickr.com/photos/amiguis/198480271/

ahí verás que ése es su estado natural. Jaja, pero qué risa nos dio a todos tu comentario :D


Gracias a todos por sus visitas y comentarios :)

Lorena dijo...

ahhh que bonito!!, nunca habia estado por aqui, pero me daré mis vueltas!! me encantó!
Saludos!