Yo, como Violetta, que tiene que quedarse sin un centavo para comenzar a ver cómo conseguir dinero, hoy salí de mi casa sin un peso en la bolsa, confiando en que las circunstancias proveerían. Y proveyeron.
9 comentarios:
Anónimo
dijo...
jeje! igual me ha pasado, un día me faltaba un peso para completar para el pasaje y oh! ahi esta el pesito en el suelo! Hace poco hasta un billete de $200.00 me encontré jeje!
Yo he perdido billetes de $ 200 y siempre digo que alguien que los necesite mas que yo se los encuentre. Y en particular siempre digo Dios provee, y si así a sido asa hoy
Una vez me encontré un billete de $500 en la calle. True story. Me aseguré de que no hubiera nadie cerca que pudiera ser el dueño o y como no había nadie, como el billete no tenía un hilo invisible y tampoco había cámaras cerca fui a cambiarlo lo más rápido que pude, tan oportuno que había una farmacia cerca y yo andaba corta de dinero para unas medicinas. Dios (o un despistado cualquiera) siempre proveerá.
9 comentarios:
jeje! igual me ha pasado, un día me faltaba un peso para completar para el pasaje y oh! ahi esta el pesito en el suelo! Hace poco hasta un billete de $200.00 me encontré jeje!
Te envío una saludo!
Claudia
A mí en la calle nunca me ha pasado eso, pero sí en mi casa. Busco debajo de algún algo, y hay.
Supongo que yo precavido está al pendiente de mi yo roto.
sí, estuvo rete bueno lo de Silvio.....gracias! :)....saludos!
Yo he perdido billetes de $ 200 y siempre digo que alguien que los necesite mas que yo se los encuentre. Y en particular siempre digo Dios provee, y si así a sido asa hoy
me gustó mucho mucho este post. Voy a tomar prestada una frase.
¡compermiso!
salu2
Órales, yo casi nunca me encuentro dinero, pero mis amigos dicen que cuando andan conmigo ellos sí. Soy un altruista.
Una vez me encontré un billete de $500 en la calle. True story. Me aseguré de que no hubiera nadie cerca que pudiera ser el dueño o y como no había nadie, como el billete no tenía un hilo invisible y tampoco había cámaras cerca fui a cambiarlo lo más rápido que pude, tan oportuno que había una farmacia cerca y yo andaba corta de dinero para unas medicinas. Dios (o un despistado cualquiera) siempre proveerá.
A quien Dios quiere, la perra pare lechones, dice el dicho.
Solo que Violetta ni drogada recogería dinero de la calle, para eso se lo roba.
Publicar un comentario