Hoy, al gimnasio llegó una señora a la que no había visto antes ahí. Se tomó de manera literal el “cómo le va” que alguien le ofreció y, sonriendo, radiante, girando hacia todos lados, respondió: —Me va excelente, estoy feliz, feliz, feliz.
Ante tal declaración, era grosero mantenerse impasible, por lo que un señor, desde arriba de una bici, se interesó: —¿Y eso?
—Hoy en la mañana, entregaron los premios del colegio americano. Mi Robertito* se llevó los dos principales y le dieron, qué creen, un certificado firmado por el mismísimo... ¡Adivinen!
El que dio pie a tal historia se rascó la cabeza con un dedo, sin dejar de pedalear. —¿Calderón?— preguntó. La orgullosa señora hizo un ademán con la mano y, sin pensarlo mucho, aseguró: —Más o menos, va por ahí, estás cerca.
“Va por ahí”, repetí yo, a mí misma, a lo lejos. ¿Quién sería? Recapitulé: ¿Germán Martínez? ¿Vázquez Mota? ¿Milhouse? Lo consideré improbable. Seguí atenta.
El señor volvió a intentar: —¿Ebrard?
—¡Ay, Enrique! ¡Ahora sí que chancleaste!
Aunque ese verbo, chanclear, me pareció curioso, el rostro ofendido de la orgullosa madre me hizo sentir un poco mal. Había sido una absoluto insulto para ella. Ignoró al infame y fue a platicarle la misma historia al instructor, a quien no le dio oportunidad de adivinar. Sin más ni más, soltó un: —Robertito recibió un diploma firmado por el mismísimo Obama. Sí, O-ba-ma, ¡Obama!
Una que pasaba por ahí volteó y quiso bromear con ella: —¿Obama Bin Laden!
Ni gracia le hizo, sobra decir.
Total que yo, en mi rincón, poniéndome el suéter y quitándomelo luego, para tener un pretexto para seguir oyendo, me quedé muy pensativa. “Va por ahí”, dijo. Bueno, sí, sí tienen en común que, bueno, son dos presidentes, pero... ¿De veras? ¿“Va por ahí”?
*No puedo asegurar que haya sido Robertito, sólo confirmo la R inicial y el diminutivo. Debe tratarse de un niño.
Ante tal declaración, era grosero mantenerse impasible, por lo que un señor, desde arriba de una bici, se interesó: —¿Y eso?
—Hoy en la mañana, entregaron los premios del colegio americano. Mi Robertito* se llevó los dos principales y le dieron, qué creen, un certificado firmado por el mismísimo... ¡Adivinen!
El que dio pie a tal historia se rascó la cabeza con un dedo, sin dejar de pedalear. —¿Calderón?— preguntó. La orgullosa señora hizo un ademán con la mano y, sin pensarlo mucho, aseguró: —Más o menos, va por ahí, estás cerca.
“Va por ahí”, repetí yo, a mí misma, a lo lejos. ¿Quién sería? Recapitulé: ¿Germán Martínez? ¿Vázquez Mota? ¿Milhouse? Lo consideré improbable. Seguí atenta.
El señor volvió a intentar: —¿Ebrard?
—¡Ay, Enrique! ¡Ahora sí que chancleaste!
Aunque ese verbo, chanclear, me pareció curioso, el rostro ofendido de la orgullosa madre me hizo sentir un poco mal. Había sido una absoluto insulto para ella. Ignoró al infame y fue a platicarle la misma historia al instructor, a quien no le dio oportunidad de adivinar. Sin más ni más, soltó un: —Robertito recibió un diploma firmado por el mismísimo Obama. Sí, O-ba-ma, ¡Obama!
Una que pasaba por ahí volteó y quiso bromear con ella: —¿Obama Bin Laden!
Ni gracia le hizo, sobra decir.
Total que yo, en mi rincón, poniéndome el suéter y quitándomelo luego, para tener un pretexto para seguir oyendo, me quedé muy pensativa. “Va por ahí”, dijo. Bueno, sí, sí tienen en común que, bueno, son dos presidentes, pero... ¿De veras? ¿“Va por ahí”?
*No puedo asegurar que haya sido Robertito, sólo confirmo la R inicial y el diminutivo. Debe tratarse de un niño.
13 comentarios:
Esto lo explica todo y viene a echar abajo las teorías conspiracionistas de que si Obama vino a traer el virus o que vino a discutir la futura pandemia. No señores, vino a firmar los diplomas del colegio americano.
Me da miedo pensar que la cosa "Va por ahí"...
Muy buen post.
seguro ni era un niño, era el hijo ya recibido de licenciado en (inserte aquí carrera que no sirve para nada) y que pasaba a ser parte del consejo de soplones del mentado seminegro.
Tendre mas cuidado cuado platico en lugares publicos, ninca sabes cuando alguien puede postear tu conversacion.
Jijoju. Que bueno que nadie tenía un hijo con un diploma firmado por Batman. Hubiera sido la cosa más humillante del mundo.
Por un momento pensé que en cualquier momento el peje iba a ser mencionado en esta historia. Pero vaya que me impresionaste con el negrito bailarin.
Mi mamá también inventaba cosas asombrosas sobre mis “logros” e historias de éxito.
Se llama el fenómeno de mamá gallina, no? Para premios, los que te puedes ganar en www.priceless.com/mx. Entren ya y regístrense.
Yo tengo una amenaza de muerte de Kissinger, cuatro Post-Its de Truman Capote y una botellita de jerez de Kim-Jong. Mi mamá quiso presumirlo entre su "círculo de alcurnia", pero nadie le prestó atención.
Desesperada, inventó:
"Y su padrino es Luis Miguel"
Y entonces sí fue la envidia de todas.
Andas! Lo más chistoso -a mi parecer, es el revuelo que causa una declaración de felicidad. Siempre hay que justificarla, sobre todo en estos amargos tiempos... Obama Bin Laden, jajajaja! yo si estaría re-orgullosa si a mi'jo le dieran uno.
Mñe, si Calderón es Cuasinigger ni Obama es Ultra Espurio, medio soqueta la ñora.
Ajjajajaja Xd Obama Bin Laden ojojo
Muy pipiris-nice la doña no? Según ella.
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