El maestro

Mi mamá me cuenta que Cristo es su maestro, dice que es muy bueno. Platica sobre él a la hora de la comida. Es joven y amable, él. Ella también es amable y tiene joven el espíritu. No usa barba, como yo creía, él. Tampoco mi mamá.

La mitad del tiempo, la guía para moverse individualmente. La otra mitad, con un prójimo. Dice ella que sus enseñanzas van desde lo básico, hasta lo avanzadísimo; sólo hay que tener paciencia, ser disciplinados y, por supuesto, no caer en la tentación (de abandonar).

Cobra 350 pesos.

Ha de ser excelente, de esos maestros que te mueven el mundo, porque la gente lo admira y respeta. Lo veo en las calles:

Cristo rocks.

Amén.